Merecedísimo castigo para el Sevilla de Julen Lopetegui. La volea a la escuadra que enganchó Raúl García Carnero con dirección a la escuadra de la portería defendida por Bono fue un rejón certero contra la especulación que mana del banquillo que dirige el entrenador vasco. No se puede racanear tanto, jugar siempre pendiente de la calculadora, de no correr el mínimo riesgo para sacar los tres puntos. Porque con tantos cálculos, en un deporte que acapara tantas circunstancias incontrolables lo que ocurre es eso, que 1+8-9-0 es cero y en este caso, al menos, se quedó en uno. En el fútbol, como en la vida, no se puede controlar todo sin el más mínimo riesgo.