Este jueves, 7 de mayo, se cumplían 34 años desde la primera y hasta ahora última final europea acogida por el Ramón Sánchez-Pizjuán, un estadio que ya ha retomado las obras que están realizando para adecuar sus instalaciones para ser la sede de la Europa League 20/21. Tal día como el de ayer del año 1986, el coliseo de Nervión era testigo directo de cómo el Steaua de Bucarest rumano se proclamaba campeón de la entonces llamada Copa de Europa, tras vencer en la tanda de penaltis al FC Barcelona. Desde aquel día, el club sueña con poder acoger otra gran final continental, algo que por fin podrá vivir el próximo año, en su competición fetiche.