Es la cruda realidad que se le presenta a Eduardo Berizzo en su defensa a ultranza de un método de trabajo que priva a los suyos de una cara reconocible. Para entendernos, de un equipo titular que pueda ser recitado de carrerilla por sus aficionados. Pero en este Sevilla, ¿quién es el titular y quién el suplente? Por ejemplo, ¿por qué se quedó el Mudo Vázquez, el mejor a años luz en Bilbao, en el banquillo cuando apenas ha tenido desgaste hasta ahora en la temporada? Son las cosas de los entrenadores y ya decía Berizzo que aceptaba esa responsabilidad.