Berizzo es ya experto en gestionar situaciones complicadas con jugadores de su plantilla. La temporada pasada en el Celta, el técnico argentino vivió un caso más grave con Fabián Orellana. El futbolista y el entrenador tuvieron varios encontronazos al comienzo de la campaña. Ante ellos, el argentino intentó lidiar con el complicado carácter del jugador aunque todo estalló en un enfrentamiento con una frase del futbolista. Berizzo habló entonces de una «falta de respeto inaceptable». El técnico quiso reunirse en su despacho con el jugador. Cuando Roberto Bonano se lo comunicó al chileno en el vestuario, Orellana respondió: «Que se vaya a cagar. No voy». Tal y como demostró con Orellana, Berizzo le debe abrir la mano a Nzonzi hasta que el jugador quiera. Si el galo no quiere, el entrenador ya demostró que no le tiembla el pulso.