Steven Nzonzi nunca fue un jugador fácil de llevar en el Sevilla. Que parezca y sea callado no significa que no sea una piedra en el zapato de entrenadores y al final del club, porque además tiene a un padre representante que es un auténtico coñazo. Pero la lata la ha dado para casi todo, para adaptarse, para ponerse en forma, para renovar… Y en el Sevilla, dos de sus tres entrenadores han afrontado este tema de forma diferente, porque además el problema es el mismo pero por diferentes caminos.
