El mismo comité ejecutivo se vio también con Arias el mismo domingo y las sensaciones no fueron las mismas. Más allá de que el onubense haya sido elegido como cabeza de turco, la decisión de su destitución también se fundamenta en los graves problemas de planificación que ha evidenciado la plantilla, y otros departamentos, desde el principio: la apuesta por una zaga con riesgo de lesiones, como ha sucedido con Pareja y Carriço; el asunto del lateral izquierdo, resuelto mal y tarde con el fichaje de Carole, que ni siquiera fue inscrito para la Champions; la apuesta millonaria y fallida en Muriel, que no actuaba de delantero centro goleador en la Sampdoria; la destitución de Berizzo; la falta de consenso con Montella a la hora de fichar a cuatro jugadores en invierno infrautilizados; haber tenido que dejar en enero sin ficha de la LFP a Carole y a Ganso desinscribirlo de la Champions; la situación de la cantera, con el descenso virtual del Sevilla Atlético y la no clasificación para jugar la Copa del Rey del División de Honor…
Sr Arias, ya se lo decía yo, lo estaba haciendo usted muy mal, solo se ha acertado con uno (Navas) o puede que con dos (Arana) y ninguno de los dos es mérito suyo, el primero es sevillista de pura cepa y el segundo ya estaba hecho. No quiso ver sus errores y ha perjudicado mucho al Sevilla. Lo mejor, que se va, lo deseable, que no vuelva nunca. No podemos dejarle marchar agradeciéndole los servicios prestados puesto que no aportó nada.