La conocida como «política de tierra quemada» es una táctica militar que consiste en destruir cualquier cosa que pudiera ser de utilidad al enemigo cuando una fuerza avanza a través de un territorio o se retira del mismo. Los rusos la utilizaron en la desastrosa invasión napoleónica. Y Pepe Castro ha acudido a esta estrategia para escapar de las caída en picado y de… Del Nido: en una semana fulminó a Oscar Arias y a Montella y seguirá arrasando con todo aquello que su opositor pueda utilizar para alimentar su ejército. “Ser sevillista hay que demostrarlo”, sentenció el general Caparrós antes de tomar el mando para la batalla final. Un adagio tan cierto como incumplido por muchos de los señalados como dioses del sevillismo que tantas lágrimas han soltado. No sé si a estas alturas Castro ya se ha enterado que tiene que rodearse de ‘sus’ profesionales y que debe grabarse a fuego aquello de que “nuestros adversarios están enfrente, pero nuestros enemigos están atrás”.
