Hay algo difícil de describir con palabras que denota que hay partidos y PARTIDOS. Y mañana se juega un PARTIDO de esos, si, de esos que quedan guardados en nuestra memoria RAM para el resto de nuestras vidas. Ese PARTIDO que en los últimos tiempos añorábamos, ese que necesitábamos para volver a revivir el pasado reciente (aunque ya algo lejano), ese que hace que el corazón del más pausado se desboque de forma incontrolada.
Las sensaciones que gravitan en la atmosfera rojiblanca señalan de forma inequívoca que estamos ante una ocasión de repetir algo grande.