Moreno aterrizó en San Sebastián el primer día del mes de febrero, después de ser fichado a contrarreloj la víspera, la última jornada del mercado de invierno, por la marcha al Athletic de Iñigo Martínez. La Real pagó a la Roma, donde no jugaba, seis millones de euros y que esa cantidad fuese la misma que se le puso como cláusula, por petición del futbolista, fue una de las cosas que más extrañaron a su llegada.
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