«El todo o nada no va a estar en la Copa. En la Liga todavía tenemos mucho que decir». Con esta frase, Unai Emery ya estaba poniendo el paño caliente a una posible frustración en la semifinal copera. La pronunció en la amplia entrevista publicada en Diario de Sevilla antes de la gran cita y en ella también advirtió que no podía «anticipar tanta ilusión en algo que luego nos lleve a una desilusión proporcional». Medir eso está en él, que ayer ya hizo terapia con los jugadores en la vuelta al trabajo tras el jarro de agua helada del miércoles. Le quedan tres meses para que su idea no quede en algo etéreo. Es el tiempo de Unai Emery.