La postura del Sevilla es inamovible en este sentido: no quiere negociar la salida del futbolista francés y espera que el jugador abone en la sede de la Liga de Fútbol Profesional el importe íntegro de su cláusula de rescisión. O lo que es lo mismo, 35 millones de euros. Ni un euro menos.Todo ello choca frontalmente con lo que se ha ido informando desde Barcelona. En la Ciudad Condal se hacía hincapié en que ambos clubes estaban abocados a llegar a un acuerdo en la forma de pago y que en el mismo se incluiría el dinero que el Sevilla debía pagar al Nancy, equipo del que el zaguero llegó en el invierno de 2017, en concepto de derechos de formación (alrededor de 3 millones de euros), el consejo ejecutivo de la entidad nervionense sólo espera que los 35 millones estén en la sede de LaLiga para dar luz verde a la operación.