Pablo Machín y su cuerpo técnico deben preparar con mimo una semana que puede ser trascendental para tener un buen comienzo en su andadura en el Sevilla. El jueves se disputa en Vilnius, con el inconveniente de que se juega sobre césped artificial como advirtió el propio Machín en la ida, la vuelta de la Q3 de la Liga Europa, tras el escaso margen de 1-0 del pasado jueves. Y tres días después será la puesta de largo en LaLiga, en Vallecas. Se trata de dos compromisos con mucho menos glamour que el de la malhadada Supercopa de España en Tánger, pero con mucha más trascendencia. Ante el Barcelona tuvo el Sevilla de Pablo Machín su primera piedra de toque seria y el esbozo del plan que programó el soriano ante el coloso azulgrana resultó sugerente, al menos.