Sólo dieciséis semanas han transcurrido desde que Betis y Sevilla protagonizaran el derbi local número 94 en Primera División. Y el corto espacio de tiempo, precisamente, ayuda a que las circunstancias sean bien distintas: no es lo mismo enfrentarse en la jornada 37ª, en pleno éxtasis competitivo y con los objetivos palpitando antes del desenlace, que en la jornada 3ª, con los proyectos en fase embrionaria. ¿Cómo va a ser lo mismo? Quique Setién puede argumentar, no sin razón, que el Sevilla parte con cierta ventaja por esos siete partidos oficiales de más que ha disputado con respecto a su vecino. Las piernas necesitan un tiempo para adquirir el tono, como ese ciclista que en una crono arranca en busca de vatios en su pedaleo.