El Sevilla, en su ánimo de amarrar a sus jugadores más preciados y posibles figuras emergentes en un mercado, el del fútbol, que se ha vuelto literalmente loco, ha establecido/firmado este verano la cláusula de rescisión más alta de su historia con el fin de protegerse ante las fortísimas inversiones que han realizado, realizan y realizarán algunos de los clubes más poderosos del mundo. El otro protagonista del avance histórico del club sevillista es Quincy Promes y la cantidad asciende hasta los 150 millones, 50 más de lo que llegó a tener José Antonio Reyes a principios del siglo XXI.
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