¿Quién es el líder del Sevilla?

Cuando un entrenador llega es quien suele asumir ese rol, pero el efecto, como el de la gaseosa, se esfuma y es cuando los jugadores tienen que dar un paso al frente. En casa lo dan, fuera no. ¿Por qué? Porque en Nervión no se aguantan tonterías. Claro que la grada aprieta y mete presión al rival, pero también al equipo, puesto que en el Sánchez-Pizjuán si un jugador escatima una carrera o no mete el pie, se le recrimina. Si un jugador hace el ridículo por activa y por pasiva, cuando sale del banquillo se lleva una ovación de mofa. Y lógicamente, si las cosas se hacen bien, tienen su premio.

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