Este viernes, Caparrós estuvo presente en un lugar muy especial para él, la sede de la Peña Sevillista Sentimiento Rojiblanco, situada en la zona de Pío XII de la capital hispalense y que celebraba su tradicional cena por el XVII aniversario. Allí, los peñistas le mostraron a Caparrós uno de los grandes ritos que son marca de la casa, y es que cada vez que las cosas pintan mal en un partido, se descuelga un cuadro con una foto suya de la pared y se coloca junto a la televisión, como una especie de amuleto. Una ceremonia que se le mostró al protagonista pese a que no había partido.