El sueño de Martín Petón parece desvanecerse ante la fuerza de la evidencia. El milagro ya fue sacar al Huesca de ese pozo sin escala que es la Segunda B para, con el cuarto presupuesto más bajo de Segunda División, lograr un histórico ascenso, de la mano del entrenador Rubi, ahora en el pujante Espanyol. Al frente de la Fundación Alcoraz, el conocido representante y comentarista televisivo, a la sazón ex jugador del Huesca, dirigió la hazaña oscense como consejero delegado. Pero ya ha tenido que destituir a Leo Franco como entrenador. Lo hizo tras la derrota ante el Valladolid (1-0) y después de sólo ganar en el estreno liguero en Ipurua. El sueño fue un espejismo.