Una idea de fútbol, la de Pablo Machín, a la que ha ido dándole forma en Nervión, pasando a jugar con dos puntas, en lugar de uno por delante de una pareja de mediapuntas, pero que mantiene su esencia: línea de tres centrales en defensa, carrileros largos por las bandas… Un estilo que ya ha comenzado a colonizar las mentes del sevillismo, como en su día hiciera el ‘Amateurismo’ de un Jorge Sampaoli que, con su fútbol ofensivo y de posesión, el cual acabó siendo víctima del exceso de horizontalidad que le otorgaba Lillo, su segundo, consiguió firmar una primera vuelta histórica en Nervión, sumando 42 puntos en el ecuador de la temporada, algo nunca visto hasta la fecha y que, desde entonces, no ha vuelto a repetirse.