El holandés está aprendiendo el oficio y cada día se le ve más suelto. La defensa de tres permite que sus despistes defensivos no sean mortales para al equipo, mientras que su despliegue en ataque y su indiscutible físico de hombre de banda le permiten aguantar la exigencia de los 90 minutos como carrilero. De opción de emergencia a sustituto de garantías. Eso sí, el Sevilla pierde a un efectivo más en ataque. Urge que el primer refuerzo sea el ‘9’ que reclama Machín.