El frío análisis de los números del Sevilla en 2018 deja una clasificación histórica para cuartos de final de la Champions tras eliminar al Manchester United y caer por detalles ante el Bayern de Múnich, una final de Copa y una nueva clasificación para competiciones europeas. Sin embargo, la forma en la que se produjo la derrota ante el Barcelona y el desplome liguero que comprometió incluso la séptima plaza supusieron una de las mayores crisis de los últimos años en Nervión, que recurrió a la figura de Joaquín Caparrós, primero en el banquillo y luego en el despacho, para recuperar el pulso. La llegada de Machín y el buen arranque de la 18/19, con varias jornadas ostentando el liderato, dejan un regusto dulce a un año de contrastes en blanquirrojo.