No va a ser un mes de enero cualquiera para Joaquín Caparrós. Tras superar con nota su desembarco en verano (por los resultados del Sevilla) y la planificación express que tuvo que realizar junto a su equipo, con sus luces y alguna que otra sombra, llega la segunda ventana del mercado de fichajes con la posibilidad de completar un equipo al que el propio entrenador le encuentra lagunas, además de consolidar el proyecto atando a las estrellas. Este segundo asunto incluso tiene más preocupado al sevillismo, con miedo a alguna fuga en el primer mes del año.