¿Gnagnon titular? Era la pregunta que se hacían los aficionados sevillistas en los instantes antes del partido entre el Sevilla y el Atlético de Madrid. Recuperar el segundo puesto era el regalo más deseado en el día de la Epifanía. Pero los Reyes Magos son caprichosos a la hora de elegir los presentes y una pequeña desaplicación de Carriço, unida a la quizá excesiva distensión de Vaclik, en la falta de Griezmann fue la forma en que fue sustraido el caramelo del paladar del sevillismo. En cambio, el partido que hizo Gnagnon fue ese regalo inesperado. Un presente recíproco. Lo necesitaba el jugador y también necesitaba la afición darse un premio de consolación.