Ayer habló en televisión, y lamentó cómo el Sevilla FC abordó su problema: “Lo poco que puedo decir es que el personal médico del Sevilla me aplicó muchas inyecciones de corticosteroides”. Estaba jugando con dolor de rodilla persistente y, desde los primeros tres meses que jugué en Sevilla, mi rodilla comenzó a dolerme mucho. En el segundo año (2015-16), tuve que hacerme tal vez seis o siete infiltraciones durante la temporada, lo cual es muchísimo”. En este sentido, Tremoulinas consultó otras opiniones: “Todos los cirujanos me dijeron ‘discúlpeme por decir esto, pero lo que está haciendo es una mierda’. Tal vez se puedan hacer esas infiltraciones de vez en cuando, una por año para ocultar el dolor en una gran partido… ¡pero seis o siete es un suicidio!”, dijo.