El mal endémico del centro del campo del Sevilla quedó en evidencia. Se podrá aducir que Amadou no jugó de mediocampista, el puesto para el que fue fichado. Y que Franco Vázquez lo está haciendo cuando en realidad es un mediapunta. Y que Roque Mesa es un híbrido que lo mismo sostiene al equipo en el puesto de Banega con solvencia ante un rival como la Lazio que se muestra incapaz, desatento y desubicado cuando el que está enfrente es Messi. Se podrá aducir que la clave del partido fueron las lesiones de Mercado y Wöber, ayer laterales en el giro táctido ideado por Pablo Machín, un 4-3-3 según sus propias palabras, y que Marko Rog acusó el cansancio tras realizar un buen hostigamiento a Messi, después de mucho tiempo sin jugar tantos minutos. Y se podrá decir también que con un equipo en el que, ya en la segunda mitad, había más centrocampistas en el campo el Sevilla perdió el control, la pelota y el partido. Bueno, y se podrá decir que Banega, tras dos partidos descansando, no tuvo su mejor día…
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