La gestión técnica, anímica sobre todo pero también táctica, de la plantilla del Sevilla por parte de Joaquín Caparrós tiene hoy su pistoletazo de salida para un sprint particularísimo de once jornadas. Son las que quedan para la conclusión de la Liga, la única competición que tiene ya por delante el equipo nervionense, con el objetivo claro de dar alcance al Getafe, superando al Alavés, para hacerse con el deseado cuarto puesto. El propio Caparrós no eludió su nueva responsabilidad, la misma con la que presionó a Pablo Machín en plena crisis del Sevilla, al fijar en el puesto de Champions el objetivo final. Ahora todos los esfuerzos estarán centrados en esa cinta de meta, después de la dolorosísima y cruel eliminación de la Liga Europa, que se llevó por delante al técnico soriano.