Uno de las facetas a mejorar, según reconocen los propios protagonistas del juego, es la fase ofensiva y dentro de ésta destaca la enorme potencialidad que tiene la actual plantilla para el juego de estrategia. Pero es un asunto aún por afinar y la mejor prueba es que ante el Celta el Sevilla botó nueve córneres y tuvo a favor otras nueve faltas, en distintas partes del campo, eso sí, y el porcentaje de efectividad fue bastante bajo. Aunque sí dejó sensación de peligro, sobre todo cuando Joan Jordán botaba los saques de esquinas. El catalán aporta un golpeo más tenso que Banega desde el córner, incluso se acercó al gol olímpico. Por ahí también debe ganar el Sevilla de Lopetegui, en cuyo laboratorio debe mejorar la combinación de movimientos y de lanzadores rematadores para exprimir el enorme potencial para la estrategia de esta plantilla.