Los números también lo ratifican: es un bloque sólido, pétreo, que apenas concede ocasiones a los rivales, que tiene más posesión que el contrario, que juega mucho en campo enemigo y que llega muchísimo al área del contrincante. Pero también que rentabiliza muy poco todo su caudal ofensivo. Al Sevilla de Lopetegui le llegan poquísimo. De hecho, sólo ha concedido tres tiros entre los tres palos en las cuatro jornadas disputadas. Además, es el segundo equipo que más dispara por partido, con 15,3 remates. Sólo lo supera el Madrid (20,3) y está por delante de una máquina ofensiva como el Barcelona (14). Pero sólo ha marcado cinco goles.