La figura de Julen Lopetegui volvió a tomar valor, sobre todo, por la lectura táctica con los cambios y la valentía en la alineación inicial con un nombre propio, Nolito, que cuajó una buena actuación en un partido que también tuvo acento argentino, con Banega dando una clase de billar sobre el tapete del feudo nervionense, Lucas Ocampos demostrando su poderío y Franco Vázquez apuntándose en la libreta un nuevo gol. Sobre la hierba respondió el sanluqueño con un sensacional tanto a pase medido de Banega para empatar y celebrarlo con la grada: «¡Vamos, vamos!», decía el atacante sevillista mientras sus compañeros lo felicitaban. Sobre todo, el 10 del Sevilla, con el que se abrazó Nolito para agradecerle una asistencia tan hermosa como la de Januzaj a Oyarzabal.