Ahora, es el momento para que el magnífico director deportivo reconduzca una temporada que pinta mal. Obró en el mercado de enero y debe seguir actuando. ¿Fue mala su decisión de fichar a este entrenador? Debe responderse con total honestidad a esta pregunta. De ello depende que el año se vaya o no al garete. Monchi ha cometido múltiples errores en la confección de un plantel en el que asimismo brillan inmensos aciertos. Con algunas variantes porcentuales, siempre ocurre lo mismo: sus últimos grandes fichajes, Sarabia y Ben Yedder, llegaron el mismo verano que fiascos como Vietto y Kiyotake, entre otros, recordado sea por no retrotraernos a la prehistoria. El valor añadido, lo que lo convierte en un tipo providencial (en el Sevilla y para el Sevilla), es su gestión con la temporada en curso. El club necesita al genio que intervino para que Antonio Álvarez ganase una Copa y amarrase una cuarta plaza, ¿qué hacemos con Lopetegui?, al que logró que Rakitic fuese fundamental con su marcha apalabrada, ¿se puede contar aún con Banega?, y al que calmó al siempre malhumorado Gameiro con la promesa de una venta si antes se hinchaba a marcar los goles que hiciesen olvidar a Bacca.