Suele decirse que los arbitrajes unas veces dan y otras quitan, aunque en el caso del Sevilla ocurre más lo segundo que lo primero. La temporada del equipo no está siendo la esperada y no se puede culpar a los árbitros de las carencias deportivas, pero tampoco se pueden obviar las diferentes decisiones externas, en este caso de colegiados, que han perjudicado al equipo de forma clara.