Decía un técnico que conoce bien al Sevilla, a pesar de los grandilocuentes gestos de Javier Tebas resaltando la liga española, que en la competición de la regularidad en España había tanta, curiosamente, irregularidad entre sus equipos que te permitía de alguna forma jugar varias finales. Resaltaba que, no sólo el equipo de Emery, sino todos los conjuntos que forman la máxima categoría tenían la posibilidad de fallar y volver a fallar y no quedarse lejos del objetivo. Y parece, al menos analizando al equipo sevillista en esta recta final, que su hipótesis es absolutamente real. Como la vida misma.