Sin público en el interior de los estadios, la Policía teme que grupos de aficionados y ultras hagan quedadas en los alrededores de los recintos y traza un plan para controlar esta posibilidad. «Vigilar ante la posibilidad de concentración de público para ver entrenamientos deportivos. Controlar y seguir la actividad de los grupos radicales ante la celebración de partidos a puerta cerrada o con aforo limitado». En este sentido, la idea es evitar que los grupos ultras de los equipos hagan grandes recibimientos en los alrededores del estadio, en la Ciudad Deportiva o quedadas para ver el fútbol cerca del estadio.