El Sevilla sueña despierto, con los ojos bien abiertos, ante la posibilidad cierta de alcanzar el objetivo de estar la temporada próxima en la Liga de Campeones. El club necesitá el maná crematístico que ofrece la lujosa Champions, máxime tras un arriesgado proyecto en el que Monchi tuvo que realizar un gran esfuerzo. Sueña con los ojos abiertos el Sevilla después de una disertación futbolística magnífica, la que deparó el triunfo en San Mamés por primera vez en la Liga después de once años. La confianza que otorga el triunfo en Bilbao, por la puesta en escena que tuvo, por ese espíritu de solidaridad rebelde para darle la vuelta al marcador y no bajar los brazos, por la calidad que exhibió el equipo bajo el mando de Banega, por cómo lo celebró a lo grande tras el pitido final, unida a la racha de invictos hacen más fuerte al grupo que adiestra Lopetegui en pos del anhelado premio final. Pero las cuentas que le valen al Sevilla son las de ganar al Mallorca este domingo.