Que no tenga público este gran clásico de la Liga le resta enjundia, claro. Y que el Sevilla ya tenga en su zurrón el alto objetivo marcado por la entidad, el de la Champions, también. Pero no será un partido exento de emoción. El grupo que adiestra Lopetegui, que aún tendrá el aliciente postrero de la Europa League de agosto, quiere cerrar a lo grande su enorme campeonato y aún aspira a ser tercero, aunque eso ya no depende de él. El Valencia, en cambio, sí llega con la necesidad de intentar ganar para, al menos, agarrar el último billete para la Liga Europa como mal menor para su annus horribilis.