Rakitic no vuelve al Sevilla para estar con la calculadora en la mano y sí para liderar el nuevo proyecto de Monchi y Lopetegui, en el que el internacional croata tendrá muchísimo peso. No ya como sustituto de Banega, porque su estilo de juego es otro, pero sí con su personalidad, su capacidad de sacrificio y su indudable calidad técnica para jugar como centrocampista por delante del 6, en esa posición de 8 o de 10 que desempeñaba el argentino, con más pegada, más llegada y profundidad en los últimos metros, y puede que con menos control del partido con la pelota. Eso sí, con Rakitic el Sevilla también ganará en el juego a balón parado, en el que es un consumado especialista. Castro ha mantenido conversaciones con su homólogo en el Barcelona, Josep María Bartomeu, y con el propio Rakitic, para convencerlo de que el Sevilla no lo quiere para rellenar la plantilla, sino para que sea uno de los abanderados del equipo, como ya lo fue cuando levantó como capitán la Europa League en Turín, ante el Benfica.