En un año tan complejo en lo económico y social como el actual, el Sevilla ha roto esa máxima que le ha llevado a su estatus actual y ha decidido que no era el momento de vender a ninguna de sus figuras, rompiendo así el modelo del éxito. Monchi y el Consejo han decidido que era año de aguantar y que el próximo año esos jugadores valdrán incluso más. Mientras, el equipo puede aprovechar la oportunidad de dar un salto histórico. Ha podido invertir sin vender a sus figuras gracias al dinero que promete la Champions simplemente por participar en su competición y lo ingresado en el campo al proclamarse campeón de la Europa League.