Era lo que faltaba. Un gol. El tanto que le diera al Sevilla la victoria en LaLiga, el triunfo de la tranquilidad, el de la bocanada de aire fresco, el del oxígeno. Después de tres partidos consecutivos perdiendo, el cuadro sevillista ganó con algunos problemas ante el Osasuna, y cortó de raíz una racha que lo tenía inquieto y con los lógicos nervios de quien no está acostumbrado a perder. Con el gol de Ocampos de penalti, en el minuto 59, vuelve el Sevilla a respirar e inicia el segundo parón liguero con un optimismo mayor que hace apenas una semana.