Todo sucedió en marzo de 2018 en Manchester, donde el Sevilla visitó al United en partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League. Kiko Rivera se desplazó hasta tierras inglesas para animar a su equipo del alma, y allí coincidió con uno de los hijos de Muñoz Cariñanos, que quiso salir de dudas sobre si el cantante era su hermano o no. «Dio la casualidad de que se sentó tres filas delante de mi. Se fumó un cigarro y cogí la colilla al acabar el partido. Le hice la prueba de ADN, estaba obsesionad con la idea. A los diez días me dieron el resultado. ¿El resultado? Ganó el Sevilla por 1-2 y se clasificó para los cuartos de final. Ah, y el test de ADN dio negativo».