«En la final de la Supercopa de Europa, Youssef En-Nesyri, cuando faltaba un minuto, tuvo una ocasión de gol clarísima. La paró el portero, Neuer. Pudo ser gol y muchas de las tintas de los medios de comunicación, de los comentarios en redes sociales, se cargaron en ese error. ¿Yo qué intenté hacerle ver a Youssef? Intenté hacerle ver que ese error no era lo importante, que lo importante iba a ser el acierto futuro. Quitarle la presión del error y provocar en él el cariño al acierto, motivarlo para que creciera en su autoestima. Y para ello le ponía ejemplos. Mira, yo me he equivocado mucho. Y siempre he intentado sacar del error aquella parte más positiva. Eso le dije. Hoy has fallado, pero vas a meter seguro el gol más importante del Sevilla esta temporada… Casualmente, el siguiente partido en casa empatábamos ante el Eibar un partido cerrado a cero en el minuto 95 y En-Nesyri metió el gol. Me fui a él y le dije, ¿te acuerdas lo que te dije? El acierto, el acierto, eso te va a hacer crecer. Corrije el error y cultiva el acierto».