Iago Aspas, icono del Celta, entró a formar parte de él a los ocho años, cuando fue seleccionado en unas pruebas de las categorías inferiores. Solo estuvo fuera dos años, y por él hubiera sido menos tiempo. Volvió en el verano del 2015, pero como ya reveló en otra ocasión, lo intentó en enero de ese año. «Le comí la cabeza a Monchi con que quería volver a casa, que había una oportunidad muy grande. Tuve que esperar al verano», recuerda.