La yonkigitanización del entrenador del Sevilla, si no lo estaba ya, ha sido completada. Hoy tocará que le llegue algún rebuzno de moralidad desde donde le patearon el culo. Qué más da. Ha abrazado la fe del Sevilla. Y eso se nota. No viene a que le aplaudan de fuera, ni quiere ni (lo más importante) le importa, sino a que sólo lo hagan desde dentro. Los suyos. Con fuerza. En hermandad. Con sus jugadores…
Extracto del magnífico artículo de Marca, ‘Y Lopetegui pidió perdón…’. Ver artículo completo.