«No creo que llore porque no soy de lágrima fácil y porque para mí no es una pena. Es una alegría poderme despedir, así, a lo grande, dejando respeto y cariño. Claro que hay momentos de nostalgia, pero para mí va a ser una alegría despedirme de la gente habiendo dejado un buen trabajo», decía sobre los sentimientos que puede experimentar este sábado sobre el césped del Ramón Sánchez Pizjuán.