Andrés Palop saltó al campo llevándose una sorpresa, viendo su camiseta gigante y un tifo en su honor, así como multitud de pancartas de reconocimiento, y se marchó del mismo con otra mayúscula. Fue pitar Clos Gómez y desatarse las emociones. Todos los jugadores del equipo se dirigieron al centro del campo, formaron un rondo, y le dejaron que se colocara en el centro, junto a sus dos hijos. Allí, ante la quietud del Sánchez Pizjuán, con todos los sevillistas en sus asientos, se emitió un video emocionante preparado para la ocasión que desató varias andanadas de aplausos y cánticos en su honor. Terminado el mismo, el gran capitán fue manteado por sus compañeros y dio una vuelta al campo, donde incluso recibió una placa de agradecimiento en Gol Norte. Después se hizo una foto de familia con toda la plantilla, redondeando un momento verdaderamente mágico que a buen seguro no olvidará jamás.