Si bien la presión externa que está sufriendo Lopetegui tras la derrota en Granada, entendemos que es algo desmesurada, la propia presión interna del técnico es todavía superior. Ese nerviosismo que se refleja en su rostro y sus aspavientos durante el partido, lo trasmite al equipo, que sufre un bloqueo en su juego.
Aunque desde dentro se quieren quitar toda presión entorno al objetivo de LaLiga, esa intranquilidad que muestra el técnico hace pensar que la presión externa le llega y no sabe como manejarla. Desde el club, con Monchi a la cabeza deben dar sosiego, aunque con autocrítica y exigencia, como bien indica su mensaje lanzado a redes sociales.
El parón le va a venir bien a Julen y al equipo para saber controlar esa presión externa y la interna y a convivir con un entorno que ha sabido asimilar como crisis cualquier derrota.