La más que posible marcha de Negredo y el descarte de Babá, que no ha conseguido justificar su fichaje por el Sevilla, obligan a la secretaría técnica a emplearse a fondo para reforzar con garantías un puesto tan determinante como el de delantero. De momento, el único en llegar para ayudar en esa posición ha sido el rumano Rusescu, una apuesta del club y de los rectores deportivos que, en cualquier caso, tendrá que demostrar su adaptación a una Liga de primer nivel como la española.