Una de las frases más repetidas en el sevillismo a la hora de analizar el pobre rendimiento en muchas de las fases de la pasada temporada era aquello de «cuando Emery mira al banquillo no tiene mucho para darle un cambio al equipo». A priori, y a la espera de nuevos fichajes que quedan por aterrizar, esto ha cambiado. La llegada de hombres como Marin, Vitolo, Rusescu, Bacca, Pareja y Jairo le permite al preparador vasco disponer de varias alternativas para las distintas demarcaciones de un esquema táctico y, a su vez, la posibilidad de variar dicho esquema.