Sergio Ramos se convertirá a lo largo de este lunes en nuevo jugador del Sevilla FC, 18 años después de que saliera por la puerta de atrás, con un pago ficticio de su cláusula de 27 millones de euros.
Pese a las continuas negativas durante el verano del Presidente, vicepresidente y Director Deportivo, el club ha dado marcha atrás por una serie de motivos.
El primero, es la necesidad que tiene el equipo en la zona defensiva, con Marcao y Nianzou lesionados, este último volviéndose a romper la semana pasada y con pronóstico de un mes parado.
Además, el entrenador tiene poca confianza en Gattoni, por lo que le quedan dos jugadores para dos puestos (Gudelj y Badé) más el canterano Kike Salas.
Luego está el 0 de 9 cosechado en Liga, con una debilidad extrema en la retaguardia.
Por otro lado, está la condición de canterano de Ramos, que no afecta a la elaboración de la lista Champions, que el club deberá entregar hoy mismo a la UEFA.
En último lugar, el escaso riesgo económico de la operación, que tendrá un coste para el club de 2 millones de euros, algo que compensará con creces con la repercusión internacional, que su estancia en Sevilla tendrá para la entidad.
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Todos estos argumentos han pesado más que el cisma que se prevee entre los aficionados por su llegada y que en el club creen que se irá disipando con el paso de las semanas.
