Esta semana hemos conocido la sanción de dos años de suspensión para Papu Gómez, tras conocerse su positivo en un control antidonping que se realizó en noviembre de 2022.
El motivo por el que el jugador pudo seguir jugando con su club, el Sevilla FC e incluso el Mundial de Qatar, donde salió campeón, está en la normativa de la agencia española contra el dopaje.
Según ha informado Relevo, este organismo tiene un año para resolver un positivo dependiendo de la sustancia que lo provoque, en este caso la terbutalina.
Se trata de una sustancia prohibida, pero de la que se permite su consumo por una autorización de uso terapéutico.
Este es el motivo por el que no se suspendió temporalmente hasta la resolución, pese a que el jugador no comunicó previamente su consumo, que según el argenitno fue al tomar un medicamento de su hijo.
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La falta de conocimiento previo por parte de los agentes que hicieron el control, es lo que ha provocado la máxima sanción de dos años, ya que hubiese servido de atenuante.
