La etapa de José Luis Mendilibar al frente del Sevilla Fútbol Club es histórica. El vasco llegó a la capital hispalense para salvar al equipo del descenso y terminó conquistando una UEFA Europa League que le valió la renovación. Sin embargo, la alegría no duró tanto como se esperaba.
Tras un comienzo irregular de Liga, el de Zaldivar fue destituido con nueve puntos en la saca y coqueteando seriamente con el descenso. Como si de Jesucristo en Jerusalén se tratara, el técnico vasco pasó de ser aclamado con palmas de olivo a escuchar como esos mismos pedían su crucifixión en un breve espacio de tiempo.
En un artículo que firma Enrique Ortego en ‘Relevo’, donde este repasa su relación con Mendilibar y lo que ocurrió durante su etapa en Sevilla, el periodista hace hincapié en ciertos detalles que molestaron al técnico mientras dirigía al conjunto hispalense, y que parecen ser heridas que aún no han cicatrizado.
Ortego asegura que «no hubiera estado de más poder haberle preguntado por sus dos primeros meses en Sevilla. Complicados donde los hubiere», debido a la inestabilidad que suponía hacerse cargo de un equipo en ruina, o por «la indiferencia de muchos de sus dirigentes hacia su persona hasta que ganó la Europa League y entonces le tuvieron que renovar sí o sí porque sino los aficionados les hubieran sacado del club a ‘gorrazos'», en un más que claro daro a los ‘mandamases’ del combinado blanquirrojo.
El periodista continúa reconociendo que le gustaría saber «cómo le regatearon el nuevo contrato» y saber «de su boca la confección de la plantilla durante la pretemporada. O por los fichajes.
Cuando pidió un extremo zurdo, una de sus pocas peticiones, para jugar en la izquierda, como Bryan Gil, y le trajeron un zurdo que jugaba y juega por la derecha, como Lukebakio. O también por qué llegaron dos mediocentros en una posición más o menos cubierta en la plantilla. O por qué no llegó un central hasta la cuarta jornada, la que se tenía que jugar en el Metropolitano contra el Atlético, que se suspendió por el temporal que al final se quedó por el camino. Además, ese central fue Sergio Ramos a quien presidente y director deportivo habían negado en público semanas antes».
Este último punto es vital, ya que el mercado de fichajes del Sevilla fue tan caótico como en etapas más oscuras. Los requisitos de Mendilibar, según Ortego, no fueron tenidos en cuenta, y esto habría generado un malestar en el vasco que no ha mostrado, ni parece querer mostrar, públicamente.