Cuando Ramón Sánchez-Pizjuán, allá por los años 30, imaginó en su mente un nuevo estadio para su Sevilla del alma, seguramente no llegó al extremo de pensar que su sueño se haría realidad décadas después y que la magna obra, pasado más de medio siglo desde su inauguración, pasa por ser uno de los estadios con más solera y tradición del fútbol español e incluso europeo. Hoy hace nada menos 55 años que el Sevilla y el Real Jaén inauguraron el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, bautizado con el nombre del mejor presidente de la historia de la entidad y creador de un proyecto, el de dotar al Sevilla de un gran estadio mejor que el antiguo de Nervión, que nunca llegó a ver hecho realidad.